MATEN A QUICO SABATER

A les 8 del matí del 5 de gener de 1960 és abatut atrets, a Sant Celoni, el guerriller anarquista Quico Sabater. Tenia 44 anys.

Així ho explicava La vanguardia española al día següent:




Un brillante servicio iniciado por las fuerzas de la Guardia Civil sobre la frontera, de España con Francia, en la provincia de Gerona, ha dado como feliz resultado la muerte del tristemente famoso Francisco Sabater Llopart (...) la Guardia Civil, tras destruir la banda que, capitaneada por Sabater, acababa de entrar en España (... ) inició la persecución del forajido, único superviviente de los cinco bandoleros cuyo, último destino parecía ser de nuevo la ciudad de Barcelona, a la que pretendían hacer víctima de sus actividades terroristas.

Los servicios se montaron con un buen despliegue de medios y de acuerdo con las más exactas normas de seguridad.

Quizá sabiéndolo así, Sabater no intentó ganar nuevamente la frontera, obstáculo duro de salvar habida cuenta de la nieve acumulaba y la herida que sufría el bandolero, lo que evidentemente le ponía en graves condiciones de inferioridad con las unidades de vigilancia, sino que optó por llegar hasta la capital barcelonesa, tal vez con el propósito de ocultarse más seguramente en la urbe, que tan bien conocía.


Huyendo de la Benemérita, Francisco Sabater fue a ocultarse, antes de amanecer el día de ayer, en las proximidades de la estación de Fornells, donde se escondió esperando la detención de alguno de los trenes que circulan por esta línea. De acuerdo con su propósito subió a la máquina del convoy número 1.104 que partiendo de Port Bou a las cuatro de la madrugada llega a Barcelona sobre las nueve de la mañana. Poco después Sabater encañonaba con su metralleta al maquinista y al fogonero  y los conminaba a que prosiguiera la marcha del tren sin detenerse en estación alguna hasta un lugar próximo a Barcelona, que él determinaría en el momento oportuno. Esta pretensión suicida llevó al conductor del tren a hacerle notar la imposibilidad de lograr tal objetivo debido a la exactitud que rige en los horarios de la circulación ferroviaria, lo que provocaría que el convoy acabase hallando en su camino otro de encontrada marcha, causando la catástrofe consiguiente o, al menos, la detención del tren.

Las razones expuestas por el maquinista hicieron que Sabater desistiese de su primitivo plan. Hubo un momento de particular dificultad para el atracador al llegar a la estación del Empalme y realizarse allí el habitual cambio de locomotoras sustituyendo la de vapor por la eléctrica. De la manera más discreta posible el Sabater acompañó a maquinista y fogonero a ocupar sus puestos en la nueva máquina, sin dejar de encañonarles encubiertamente con la metralleta. Sin embargo, esta operación fue advertida por el jefe de estación, quien dio cuenta de la salida del tren en insólitas circunstancias. La Guardia Civil lo comunicó a sus servicios y, como consecuencia, se montó la correspondiente vigilancia a lo largo de toda la línea.


El hecho de observar vigilancia en las estaciones del trayecto hizo que Sabater decidiera abandonar el tren no en una estación cualquiera, sino antes de llegar alguna de ellas, eligiendo la de Sant Celoni, a cuya entrada obligó al conductor del convoy a disminuir la marcha, lanzándose seguidamente a campo a través para alcanzar las casas del pueblo, muy cercanas.

(...)

En tanto el tren se detenía en la estación y el maquinista y el fogonero se apresuraron a dar cuenta de los hechos a las fuerzas de la Guardia Civil y del somatén, ya alertadas según indicamos anteriormente. Acto seguido se movilizaron las mismas en busca del forajido.




FIN DE UN BANDOLERO

San Celoni, 5, 12 noche. (Crónica de nuestro redactor, enviado especial.) «Eran cerca de las ocho de la mañana, cuando el teléfono despertó al sub-cabo del Somatén, don Abel Rocha Sanz, un soriano de 38 años afincado en San Celoni. La llamada procedía del sargento de la Guardia Civil, comandante del puesto, don Antonio Martínez Collado, quien solicitaba la ayuda del Somatén para organizar la posible persecución del bandolero Francisco Sabater Llopart, pues se tenía noticias de que viajaba en el tren expreso que procedente de Port Bou se dirigía a Barcelona, con probable parada en San Celoni.

El convoy redujo marcha antes de entrar en la población, presionado el maquinista por el Sabater, momento que aprovechó el forajido para apearse de la locomotora, a la que había subido en la localidad de Fornells, cercana a Gerona.

Conocida la presencia del malhechor en la villa de San Celoni se emprendió su búsqueda por el núcleo urbano.

El Sabater, herido en un pie y en la nalga izquierda, vestía un mono azul, cerrado hasta el cuello por una cremallera, y era portador de una metralleta «Thompson», de calibre 45, y una pistola «Colt» del mismo calibre, aparte de abundante cantidad de municiones. Cojeando visiblemente, el bandolero se adentró por solitarias calles del pueblo, logrando, dado la temprana hora, pasar desapercibido del vecindario.

Mientras, el sargento Martínez Collado distribuía por la población los dos guardias civiles que en aquel momento disponía, al tiempo que él, con los dos somatenistas, don Abel Rocha Sana y don José Sibina Morrull, emprendía la busca del Sabater por las calles de la localidad.

El Sabater, en un intento de huida, atravesó la población, llegando a la parte opuesta a la estación, recorriendo en desesperada fuga cerca de un kilómetro. Al llegar al final de la calle de San José, el Sabater, posiblemente con intención de cambiar de indumentaria y de reponer sus maltrechas fuerzas, penetró en una casa, cuyo propietario, al apercibirse de que quien pedía asilo era portador, debajo del mono, de una metralleta, se opuso a que el intruso siguiera en su domicilio, entablándose un duro forcejeo y saliendo a la calle los dos. Al tiempo que aquél asía con fuerza la metralleta del Sabater, impidiéndole disparar, daba fuertes gritos de socorro, que fueron oídos por el sargento Martínez Collado y los somatenistas Abel Rocha y José Sibina, los cuales acudieron rápidamente.

Localizado el Sabater, el sargento de la Guardia Civil dispuso que el sub-cabo del Somatén avanzara por una calle adyacente, mientras él, con el otro somatenista, le atajaba el paso.

Abel Rocha, provisto de un fusil ametrallador automático, apercibió al doblar una esquina al Sabater en lucha.

El criminal, rodilla en tierra, esgrimió el «Colt» del 45; y al acercársela el sub-cabo del Somatén consiguió, pese a la oposición del heroico vecino con quien luchaba, disparar contra Abel Rocha, hiriéndole en la pierna derecha. Abel Rocha, pese a sentirse herido, repelió la agresión con una ráfaga de fusil ametrallador, disparando en sentido de abajo arriba para evitar herir con sus disparos al vecino que en aquel momento se había visto obligado a soltar la metralleta del Sabater.

Eran las ocho y veintisiete minutos. En la encrucijada de la calle Mayor con la de Santa Tecla, de San Celoni, yacía ya muerto el tristemente célebre Francisco Sabater Llopart, abrazado a la metralleta «Thompson».

Francisco Sabater ha sido enterrado en el cementerio de Sant Celoni fuera del recinto de la tierra santa.



Sabater va ser un dels maquis, un d'aquells homes idealistes i irreductibles que, després de la fi de la guerra civil, va continuar lluitant contra el règim franquista.
Nascut a l'Hospitalet el 1915, de ben jove es sent atret per les idees anarquistes i, de professió mecànic, s'afilia a la CNT.
Durant la guerra civil lluita al front d'Aragó amb Los Aguiluchos de la FAI. Té un enfrontament amb un comissari comunista, que resulta mort i  acaba a la presó d'on escapà per unir-se finalment a la Columna Durruti.
Acabada la guerra s'exilia a França, s'instal·la a Costoja, prop de la frontera. El seu pensament és tornar a la lluita i el 1944 creua per per primer cop a Espanya. A aquesta li seguiran altres. Per finançar les seves activitats realitza diversos atracaments, principalment a entitats bancàries, accions que el converteixen en un heroi per uns i en l'enemic públic número u del régim franquista. El 17 de desembre de 1960 entra de nou amb cinc companys. Són descoberts i només Sabater queda viu. Ferit i desesperat agafa un tren. Es veu obligat a parar a sant Celoni on cau mort a trets.



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